Sobre nosotros

La galería Cooper Capture nació de una pasión que Diana tenía desde muy temprana edad. Su abuelo era un ávido fotógrafo y cineasta, y su amor por la naturaleza se contagió a muchos de sus hijos y nietos.

El viaje de Diana como fotógrafa de vida salvaje comenzó temprano y ha florecido en un amor rico y gratificante que va mucho más allá de sus asombrosas imágenes de la naturaleza y se extiende a los hábitos, los entornos y los sonidos que emite cada uno de sus sujetos. Ha pasado mucho tiempo investigando cada nuevo animal que se pone frente a su lente, fruto de un profundo deseo de aprender cosas nuevas. No se sorprenda si puede reconocer fácilmente, por ejemplo, uno de los muchos llamados de un carbonero de cabeza negra, o la diferencia entre los chillidos de un gavilán de Cooper y un gavilán de cola roja. Esto es mucho más que un fotógrafo, una cámara y un paisaje. Es una pasión profundamente arraigada que crece cada día.

Sin embargo, convertir este tipo de deseo de perfección en un negocio requiere una determinación que va mucho más allá de esperar el momento perfecto en la naturaleza.